Gmail es uno de los proveedores de servicios de correo electrónico más populares, con 425 millones de usuarios activos en todo el mundo (en 2012). En el mercado español, en entre un 10% y un 20% de las cuentas de correo electrónico de bases de datos B2C son de Gmail*
Si tienes interés en conocer cómo funciona el envío de un email desde Gmail, en esta animación encontrarás una exposición muy clara.
Fuente: Google
Uno de los principales aspectos (si no el más relevante) que hay que conocer cuando hacemos email marketing, es cómo Gmail filtra los mensajes de spam. Gmail, como muchos otros proveedores de servicios de correo electrónico, se basa principalmente en su comunidad de usuarios para determinar si el email que recibirá un usuario concreto es spam o no. Así, será el comportamiento de los usuarios registrados en una base de datos cuando reciben un email de un remitente concreto, lo que afectará a cómo se entreguen los mensajes ulteriores. Las respuestas/reacciones que Gmail tiene en cuenta son:
– Las quejas de “esto es spam”
– La proporción de mensajes leídos (abiertos)
– La proporción de mensajes abiertos y eliminados
– La proporción de mensajes marcados como destacados
– Las respuestas
– La actividad una vez abierto el email
Un segundo elemento que interviene en la entregabilidad de los emailings es el llamado “historial de envíos”. Gmail bloquea temporalmente las nuevas direcciones IP que no tienen aún una reputación de remitente asignada. Pasadas 24-48 horas, deja pasar pequeñas cantidades de correo tanto en la bandeja de entrada como en la de spam, y mide las interacciones de los usuarios. Si las quejas de spam son demasiado elevadas, los emails posteriores se entregarán, en la mayoría de los casos, en la bandeja de spam. Si llegado este punto, una mayoría de usuarios pincha en “no es spam”, se irá compensando la entrega de correos hacia la bandeja de entrada.
Otro elemento que interviene en la entregabilidad es la actividad vs inactividad de los usuarios. Es decir, si Gmail detecta que una parte sustancial de los mensajes que entrega un remitente, no generan ningún tipo de actividad (ni buena – aperturas, clicks- ni mala -quejas, bajas-), penalizará la reputación de ese remitente.
Otro factor a tener en cuenta es la adecuación de la infraestructura tecnológica a las reglas de gestión del spam de Gmail. Lo más relevante en este ámbito es:
– Mantener las mismas IP de envío a lo largo del tiempo.
– Autentificar el envío de dominios con DKIM y SPF
– Enviar desde unas IP que tengan delegados los nombres de dominio desde los que se hará el envío.
Existe un mecanismo llamado Feedback Loop que usan algunos proveedores de correo electrónico (por ejemplo Hotmail y Yahoo), mediante el cual, cuando un usuario pincha en “esto es spam”, el remitente recibe información de este hecho, pudiendo eliminar de su lista de destinatarios a este usuario. Gmail no no ofrece esta posibilidad, sin embargo, ha optado por introducir un paso intermedio en el proceso de la “queja”. Cuando un usuario pincha en “esto es spam”, es preguntado sobre si desea realmente marcar al mensaje como spam, y además anular la suscripción. En caso de que indique que también quiere anular la suscripción, el remitente obtendrá esa información. Esta funcionalidad solo está disponible para aquellos remitentes a quienes Gmail tiene valorados con una buena reputación.
La guía de Google que recoge las directrices que deben respetar los remitentes de envíos de email masivo la puedes encontrar en el siguiente enlace: https://support.google.com/mail/answer/81126?hl=es
*Fuente: Digital Response (análisis interno de las bases de datos B2C de de clientes de la agencia de retail, e-commerce, ocio y travel ).
Muy interesante artículo, la verdad es que muchos de estos conceptos no se suelen tener en cuenta a la hora de realizar email marketing, expecialmente por los usuarios más nóveles.
Justamente hace poco publicamos un artículo similar en nuestro blog “¿Cómo Gmail, Outlook.com y Yahoo mail deciden qué es SPAM?”, si os pasáis ya nos contaréis vuestra opinión 🙂